Regatas de traineras, el espectáculo del color

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Más de cien años de tradición han hecho de la regatas de traineras de La Concha el espectáculo del año deportivo de Euskadi. Multitud de aficionados, cada uno con el color de su trainera, se apiñan en Urgull, Igeldo, el Paseo Nuevo, el Muelle y la Isla y sobre las playas y en embarcaciones de todo tipo, cuando llegan los dos primeros domingos de septiembre. Si pueden, no se lo pierdan. Para la gran final del 2021, Hondarribia parece la mejor posicionada para llevarse la bandera de la Concha.

Las regatas de traineras surgen de un modo de vida concreto: el entorno de la pesca en mar abierto. Las regatas de La Concha fueron organizadas por primera vez en el año 1879 como un elemento más del programa de festejos veraniegos de San Sebastián. Se utilizaron para ello traineras de pesca que hasta entonces venían enfrentándose entre sí, en desafíos con dinero por medio, para dirimir su superioridad.
Las regatas de San Sebastián se celebran desde 1879 como parte de las fiestas de la ciudad. Tienen lugar los dos primeros domingos de septiembre en la bahía de la Concha. Desde 2008 también se disputa la modalidad femenina. Embarcaciones procedentes de toda la cornisa cantábrica compiten por llevarse la Bandera de la más prestigiosa competición de remo de la temporada.


Historia de las regatas
Las embarcaciones precisaban de individuos fuertes y resistentes capaces de mantener la boga durante horas hasta llegar a los caladeros y, una vez recogida la pesca, tornar a puerto cargados y con la mayor rapidez, para efectuar la subasta.
La trainera se utilizaba para la pesca de especies pelágicas, principalmente anchoa y sardina, y desde sus inicios contaba con una tripulación de 12 o 13 hombres y un patrón que dirigía el rumbo. Desde sus inicios ha sido una embarcación esbelta en sus líneas y veloz en su desplazamiento y sus medidas (12 metros de eslora) han permanecido invariables hasta nuestros días.
Con el tiempo el motor sustituyó en las lanchas a la fuerza del hombre, pero durante años, el mundo de las regatas continuó vinculado a la pesca. Los profesionales del sector se formaban en las mejores tripulaciones del litoral. Y aún hoy, aunque los remeros hayan dejado de ser exclusivamente pescadores y se haya producido la pseudo-profesionalización también en el deporte del remo de banco fijo, los remeros se encuadran en clubes formados en villas de larga tradición pesquera.

Los dos primeros domingos
de septiembre, La Concha
y el puerto donostiarra se
convierten en la gran fiesta
del remo
Desde 1879
La gran cantidad de público que acudió aquel domingo de septiembre a presenciar la victoria de la trainera “Lequeitiarra” (con matrícula y remeros donostiarras) animó al Ayuntamiento donostiarra a incluir las regatas en los programas de los años siguientes. Con la excepción de algunos años de principio de siglo y durante la guerra civil las regatas han venido celebrándose ininterrumpidamente hasta nuestros días.
Más de cien años de historia han hecho de las Regatas de Donostia/San Sebastián-Bandera de la Concha el espectáculo del año deportivo en Euskadi. Ningún otro es capaz de atraer esa enorme multitud que se apiña en Urgull, Igueldo, el Paseo Nuevo, el Muelle y la Isla, sobre las playas y en embarcaciones de todo tipo, cuando llegan los dos primeros domingos de septiembre. Y ello aunque la televisión acerque las imágenes a todos los hogares retransmitiendo las pruebas.


La bandera femenina
En la actualidad, las Regatas de Donostia/San Sebastián cuentan también con bandera femenina. La incorporación de las mujeres a esta prueba demuestra que la Bandera de la Concha trasciende el mero aspecto deportivo, respondiendo a la sensibilidad de la sociedad que la rodea e integrando aspectos que la hacen más atractiva si cabe.
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