Chillida Leku, un museo único

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En el jardín, las hayas, los robles y los magnolios conviven con las monumentales esculturas de acero y granito ubicadas en perfecto diálogo con el entorno.

Cuarenta esculturas
El jardín de Chillida Leku, con una extensión de 11 hectáreas de terreno, alberga diseminadas más de cuarenta esculturas de tamaño monumental. Colocadas de manera meditada, las obras dialogan con la naturaleza, pero también generan un diálogo entre ellas mismas.
Por un lado, nada más entrar, se encuentra la zona de campa que en los usos primitivos del caserío estaba destinada a pasto para los rebaños.

“Lo llevaré a cabo sin marcar fechas. He comenzado a guardar obra, pero este maravilloso caserío no será un museo sino la señal de que soy de allí. No quiero una reconstrucción sino dejarlo firme y seguro tal y como está para llenarlo de una estructura contemporánea: que se vea el hoy y el ayer”.
- Eduardo Chillida
El caserío Zabalaga
El escultor rehabilitó el caserío manteniendo su identidad tradicional. Cuando Chillida adquirió la finca, el edificio estaba prácticamente en ruinas.
En el exterior, el caserío mantiene su aspecto tradicional. Sus muros de fábrica mixta alternan mampostería y sillería, concretamente los sillares se aprecian en el entorno de los vanos.
Además, el edificio conserva en ambos lados de la fachada sur dos contrafuertes de perfil triangular. La edificación mantiene también el entramado de madera y el escudo de armas original de la familia Zabalaga tallado en la fachada norte.

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