López de Heredia, la casita de pájaros de Haro


El semblante arquitectónico del edificio residencial, sobre la bodega, es notablemente caprichoso, inspirado en volúmenes que recuerdan las casas de los pueblos franceses de Aquitania, pero acrecentados por la torre-mirador que fuerza la escala del conjunto. Precisamente, esa torre ha caracterizado las instalaciones de López de Heredia desde su fundación y se ha convertido en un símbolo difundido en las etiquetas de sus botellas por todo el mundo.
Por otra parte, esta torre obedece a una doble intención de su fundador: destacar a gran distancia por los rótulos de la firma, y servir de observatorio para contemplar los viñedos de la comarca y las contingencias meteorológicas. A este mirador se le confirió un gracioso nombre vasco: "Txori Toki", en castellano, casita de pájaros.

La estructura de Zaha Hadid
Con motivo del 125 aniversario de la bodega y para conmemorar tantos años dedicados a la elaboración de vinos de calidad generación tras generación, los propietarios de la bodega decidieron “regalarse”, aparte de la restauración del stand su bisabuelo, otro lujo arquitectónico.
Cuando decidieron restaurar el stand modernista y participar con él, totalmente restaurado, en la Feria Alimentaria de Barcelona, se les planteó un problema: el stand debía ubicarse al aire libre, algo para lo que no resultaba adecuado.
Por eso, y para que la pequeña instalación pudiese recobrar su antiguo esplendor y utilidad, pensaron en crear una estructura exterior que lo cubriera y protegiera.

En López de Heredia conocían y admiraban la obra de Zaha Hadid, arquitecta iraquí afincada en Londres y conocida por la espectacularidad, innovación, plasticidad, atrevimiento y sutileza de sus obras.
Acudieron a ella para la realización de este proyecto que enseguida saldría adelante, dado el entusiasmo que la arquitecta mostró por la idea, y la sensibilidad que puso de manifiesto a la hora de integrar tradición y modernidad, vino y estética, naturaleza y arquitectura.
Tras varias entrevistas con Zaha Hadid, fraguó la idea de concebir la cubierta para el stand modernista de 1910 como “algo escultórico”, que luego pudiera servir como base para una estructura fija que se colocaría definitivamente en sus Bodegas de Haro.
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